EL CRONÓGRAFO



BALISTICA

EL CRONOGRAFO


Por Domingo Tassara S.


Dentro de la balística –en la recarga- uno de los pilares fundamentales es el cronógrafo, el que algunos de nuestro medio no parecen consultar a menudo (?).

Conocer la velocidad desarrollada por la munición que utilizamos, es una necesidad práctica para todo tirador que desee mejorar su rendimiento utilizando el cartucho más idóneo para el arma empleada.

La evolución determinada por los avances tecnológicos, también sirve para poner en manos del hombre los instrumentos que antes estaban reservados a los laboratorios especializados.

En el Tiro Práctico -actividad que nos compromete y apasiona- los nuevos avances en el terreno del control y medición de velocidades están al alcance de cualquier mortal, tanto por la facilidad para comprarlos -sea personal o corporativo- como por la simplicidad de compresión para utilizarlos.

Con una mínima inversión podemos disponer de un mini-laboratorio portátil que nos acompañará en cada competencia de tiro ocupando muy poco espacio en nuestro bolso.

Silencioso y eficaz, se convertirá en un supervisor “técnico y moral” indispensable de nuestro que hacer deportivo.

Lo más importante es que el registro de datos nos permitirá potenciar el rendimiento de nuestra arma.
Uno de los "buenos" esel de COMPETITION ELECTRONICS de procedencia norteamericana.

Es un instrumento concebido y desarrollado con el fin de que cada tirador pueda conocer el comportamiento de la munición que está empleando, independientemente sea de fábrica o de recarga.

En Chile –actualmente- la recarga es una actividad incipiente, la que se encuentra “sometida” a la experiencia de quien realiza la función de recarga.

En lo personal soy partidario de una reglamentación que establezca:

1. Tenencia de máquina recargadora –exclusivamente- a deportistas del tiro, tanto de armas cortas o largas.
2. Estar inscrito como deportista.
3. Ser miembro de un club deportivo (control anual).
4. Licencia para la recargar por 5 años y renovables.
5. Revocación automática en casos de:
5.1 Venta de la máquina recargadora.
5.2 Pérdida de la condición de deportista.
6. Libre adquisición de elementos, pero, llevando el Libro de Consumos, a disposición de la Autoridad cuando se le requiera.

En nuestro país –al igual que otros- la recarga ha significado un “real alivio” para el bolsillo y ha servido para incrementar la responsabilidad, al tener que incorporar en la rutina de nuestra disciplina, nuevos conocimientos técnicos imprescindibles para desarrollarla con seguridad.

Aún cuando se cuente con los manuales originales de recarga, la experiencia siempre dictará más de una norma, de todas maneras.

Siempre habrá que “cotejar” la teoría con la práctica; es en esta segunda, en donde este instrumento adquiere una relevancia insospechada.

Los cronógrafos entregan su información de velocidad en m/segundos o pies/segundos, de acuerdo a lo requerido por el usuario.

Su manejo es sencillo y simple, algunos -como el nuestro- cuentan con 9 memorias de 10 registros cada una, entrega del promedio de las velocidades, la máxima y la mínima y por último la desviación porcentual de los valores máximo/mínimo.

Para su alimentación usa una batería de 9 volts. y tiene un compartimento paralelo para llevar “de repuesto” otra batería, por cuanto es muy común dejarlo encendido desde que se comienza hasta que se termina con su uso, existiendo un desgaste muy marcado de la batería; y no es “gracia” quedarse sin alimentación de energía al medio de una experiencia; es conveniente tener un eliminador de batería, de los que se conectan al automóvil, para casos de emergencia.

Su pantalla es de cristal líquido con lectura digital simple y clara.

Una de las condicionantes de uso del Cronógrafo es la cantidad de luz natural, puesto que basa su funcionamiento en un par de foto sensores, los que registran el paso del proyectil enviando los datos a la pantalla.

Existe los opcionales para ser usado “in door” o lo que es lo mismo al interior de un polígono.

Las varillas que sostienen los difusores de luz deben ser insertadas en los orificios exteriores de la caja si se trabaja con luz natural.

La técnica está en que los fotosensores detectan el paso del proyectil por una disminución momentánea de la luz; al registrarlo se genera un impulso eléctrico que envía una señal al reloj.

El primer impulso eléctrico pone el cronómetro en marcha y la detección del segundo lo detiene.

IMPORTANTE: Una luz inestable puede dar falsas medidas, por lo tanto, es recomendable trabajar bajo condiciones de luz lo más constantes posibles.

Una manera “simple” de detección es analizar las cifras entregadas, ya que si están muy por encima o muy por debajo de lo que “creemos” que deben entregarnos nuestras balas, será sinónimo de falla.

La altura que debe de pasar el proyectil por las celdas debe ser del orden de los 10 centímetros.

La distancia de disparo hacia el cronógrafo varía según el calibre del arma empleada.

Los campos electromagnéticos generados por las turbulencias en la boca del cañón pueden alterar su funcionamiento.

La temperatura operativa va desde 0º C. a 60º C., pudiendo ser almacenado entre los -10º C. hasta los 70º C.

El tamaño de los Cronógrafos, peso y prestaciones hacen de cada tirador un auténtico experto en balística, PERO, por sobre todo trae HONESTIDAD a nuestro medio.


“NO SOLO HAY QUE PARECER HONESTO, SI NO, QUE SERLO”


-Anónimo-